viernes, 1 de mayo de 2015

sexo en la piscina

Estaba en una fiesta muy divertida: La música, el ambiente y el alcohol estaba a todo lo que daba. Por lo general, soy de los que no sale mucho pero cuando lo hago me divierto de verdad. Este día no iba a ser la excepción, aunque tenía que aguantarme las ganas de tomar ya que mi amigo Germán y su novia me pidieron que los cuidara por hoy. Ellos vinieron conmigo y yo era el conductor designado esa noche.
Recuerdo que Carina se veía espectacular: minifalda y top y tacones con los pies descubiertos. Ella es una mujer muy bella y lo sabe. Mi amigo Germán sabe lo que trae con él y casi siempre nos lo echa en cara. Yo Lo haría también.
Todo es muy raro cuando estás en estado sobrio: Ves las risas exageradas, ves a las personas viendo a las otras de manera graciosa. En fin, es un show y compensa el no tener alcohol en mi sangre.
Yo no podía quitar mis ojos de Carina, de verdad, era el deseo en persona. Si existe alguna diosa del deseo es ella. Piernas torneadas, nalgas trabajadas en gimnasio que sientes su dureza al observarlas nada más, una cintura proporcionada al resto de su cuerpo y unas tetas pequeñas pero redondas y que te encantaría tenerlas en tus manos y en tu boca.
Estábamos todos a tono (yo estaba excitado observando a Carina). Carina tomando y disfrutando su cuerpo al ritmo de la música. Germán, pues es Germán, nunca se le nota su estado etílico a pesar de que yo veía como se tomaba una tras otra. Yo estaba en el sillón observando el freak show a mi alrededor tomando mi vaso de coca cola.
Pasando 40 minutos aproximadamente, Carina se acerca a mi y me pide que la acompañe al baño y accedí. Durante el trayecto veía como los tipos se le quedaban viendo con ojos de deseo. Podía ver en sus pupilas como se la cogían una y otra vez. De repente, volteo y veo como sus nalgas se movían bajo la mini. Yo estaba extasiado, de verdad, era demasiado mirar ese par de nalgas enfrente de mí y ella moviéndolas sin malicia alguna o eso creía.
De regreso, ahi estaba Germán con su rostro normal y nos dijo a Carina y a mi -”Hey ya vámonos!, yo manejo! a lo que yo le respondí: -”Pues si estás bien ok, tú manejas”. Unos minutos después, ya en el carro, nos dijo que fuéramos a terminar las copas en su casa a lo cual accedí sin ningún problema. Su casa es una mansión donde tienen piscina con temperatura controlada y se me antojaba un chapuzón en agua tibia. Además, me daba morbo ver a Carina usar algún bikini o tanga.
Cómo era de esperarse, Germán sugirió la alberca y yo sin dudarlo me quité toda la ropa excepto mi slip ya que no contaba con que estaríamos en piscina hoy. Carina fue a cambiarse con un bikini de dos piezas blanco que se le veía delicioso. Yo intentaba no mirarla mucho, ni desear tanto que ese par de nalgas rebotaran sobre mi verga caliente en ese momento. La imagen se apoderó de mi unos segundos y claramente pude notar mi erección a lo que inmediatamente me acosté en el camastro a la orilla de la alberca levantando una rodilla. Creo que Carina se dió cuenta.
Ella se metió al agua templada y desde ahí seguía bebiendo de su copa mientras Germán y yo platicábamos pendejadas acostados en el camastro. Yo seguía muy excitado con la imagen de las nalgas de Carina, con sus tetas perfectas, su carita hermosa, sus manos. Toda ella me volvía loco.
En un momento, Germán se mete con Carina y se besan apasionadamente, producto del alcohol y lo buenota que está ella. Casi se les olvidaba que yo estaba ahí con la verga paradísima. Afortunadamente, Germán se disculpó, y nos comentó que ahora volvía y se dirigió al interior de la casa.
Al ver esto, Carina me comienza a preguntar que como estoy, que si me la estoy pasando bien y me invita a que me meta a la alberca. No iba en el “vente al agu..” cuando yo ya estaba metido, y recargado en la orilla de la piscina disfrutando la agradable temperatura y la compañía. 
Ella me veía raro y yo le pregunté -”qué pasó?” -”nada” dijo ella. Y sin saber como pasó ese cambio de guión me dijo -”la traes bien parada, amigo”. Eso no me lo esperaba y sólo reí. Lo que vino después fue…mitológico.
Después de su atrevida pregunta, la sangre en mi pene fue a todo lo que dió: tenía que bajarme la calentura o me la iba a terminar violando en la alberca. Ella observando mi reacción observa hacia el interior de la casa y me dice -”puedo?” mientras bajaba mi slip con su mano encontrándose con mi verga durísima. Y así fue, ella observando hacia el interior de la casa de su novio, mientras me masturbaba y yo observando hacia el otro lado disfrutando de la mano de esta mujer.
Yo podía sentir su deseo en la mirada de repente nuestras miradas se cruzaban. Yo estaba en el cielo: sentía como una hermosa mujer sobaba mi verga mientras su novio estaba por venir. Ella sabía lo que hacía; sentía oleadas de placer. La quería besar, tomar ahí mismo. Ella parece que leyó mi mente y me dijo -”entra anda, pero rápido”. Ella se hizo a un lado la tanga, sacó su trasero hacia mi y yo con mi debilidad humana por la carne comencé a meter mi verga dura en ese fruto prohibido, en la novia de mi amigo. Mi verga entraba y salía sin ningún obstáculo. La vista era perfecta: podía ver como mi verga entraba entre ese par de nalgas. Yo sentía como ella de repente hacia círculos con mi verga dentro de ella y me daba sensaciones de placer deliciosas.
Yo estaba detrás de ella bombeándola cuando ella comenzó a agarrarme las nalgas y me jalaba hacia ella mientras checaba que su novio no regresara. Habían pasado como 10 minutos desde que Germán se fue. En ese momento yo apreté sus tetas mientras metía y sacaba mi verga de ella. Se comenzaba a escuchar el chapoteadero ya que estábamos en la parte menos honda de la alberca. Era delicioso escuchar mis huevos pegándole en la cola en cada arremetida. Yo le lamía la espalda y el cuello mientras comenzaba a escuchar pequeños gemidos mientras yo la empujaba contra el filo de la alberca.
Ahí estaba yo cogiéndome a la novia de mi amigo, entrando y saliendo de su panocha con todas las ganas y todo el deseo. Le metía dos dedos en la boca mientras nuestros cuerpos chocaban duro. Sentía un poco de temor al estar haciendo tanto ruido pero parecía que eso excitaba más a Carina porque cada vez ella se empujaba más a mí. Yo no quería salirme, pero sabía que no podía venirme en ella así que le dije al oido -”vamos rápido al camastro”. Ella sin dudarlo se salió y se colocó en un camastro y yo en otro, y comenzamos a cucharear cada quien en su camastro. Así estuvimos de cuchara cogiendo mientras seguía tocándola, disfrutando la vista de sus nalgas mientras veía como le hundía mi verga más y más. Ella seguía observando hacia el interior de la casa un poco levantada sobre el camastro y yo estaba concentrado en darle verga.
Duramos como otros 5 minutos en el camastro cuando de repente, lo inevitable, ocurrió y comencé a venirme dentro de ella. Sentía como el calor iba abandonando mi cuerpo hacia el suyo. Quería morderle la espalda mientras mi verga descargaba en ella todo el esperma de la semana. Justo ahí, Carina me empujó, me tapé la verga y me acomodé en mi camastro, ella igual y entró Germán en escena diciéndonos que se había quedado dormido. Yo estaba con la verga a medio orgasmo aún viniéndome y Carina con restos de mi semen chorreándole por los muslos.
Germán se sentó con Carina y comenzó a besarla y fue ahí cuando me despedí y les dije que los veía luego pero que antes pasaría al baño. Al salir del baño pude ver en el área de alberca: el camastro y las piernas de Carina abiertas en V mientras Germán la penetraba violentamente. Yo no quise molestarlos y me salí de ahí con la verga parada. Tendría que hacerme cargo de mi placer como otras muchas noches.

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